Me equivoqué, contigo, conmigo, con nosotros. Había pensado antes de ver la realidad, así que, no sería pensar, sino había imaginado que podría funcionar. Me pasa a veces, cuando el corazón comienza a recitar poesías generando caricias al papel como quisiera dárselas a él, a hacerme de las suyas, suspirar y respirar entrecortado si le veo mirándome. Que estúpida soy, por estar totalmente ciega, muda y sorda, que mi cerebro me gritaba con pancartas que era mentira, que quizás él solo quería una noche de revolución y risas, para dejar pasar los días llenos de ausencia y agonía. Solo una noche, con sabor a portazo de mediodía, con madrugadas de sábanas frías y de lechos vacíos de caricias. Quizás reflexioné de más, me dejaría llevar por la piel y después ya no sabría como arreglarlo. Claro que todo esto si se llegase a dar el caso. Como la cagué, tiritando de envidia por todas aquellas que pudiesen besar tu sien y yo, con mi estúpida timidez, sin saber pronunciar una puñetera frase sobre lo que siento. Y lo siento de verdad, porque la suelo cagar a menudo, porque no sé decir "te quiero", tampoco recuerdo como decirlo sin estropear el silencio. Que sueño, real o incierto, fácil sería, si llegado el día, me sacara una sonrisa como a menudo lo suele hacer, fuese cara a cara, a través de la pared que nos separa, la rompiera con un beso tierno o me abrazara por la espalda. Yo no me podría mover, porque seguro pensaría que estaría en casa. Hazlo si consideras que me quieres, pero en cambio, no lo hagas si prefieres un momento de intimidad limitada, o al menos si eso es lo que buscas, deja las cosas claras. No es sano crear tormentas de indecisión y después hacer que se hundan tras avalanchas de miedo y negación.
Claro que me equivoqué, y me equivocaré tantas veces, que de todas ellas me sacaré un master de olvido y una carrera que jamás he de ganar si tú no consideras al menos quedarte conmigo.
Feliz San Valentín :)
