viernes, 24 de febrero de 2017

Palabras dudosas



Hablemos con claridad siendo sinceros,
ya no recuerdo mis primeros pasos
tan solo tropiezo tras tropiezo y
caigo sobre el cemento y el barro.

Escucho a los pájaros murmurar,
y no puedo oír ya su canto,
y me pregunto, ¿quién ha sido?
¿Quién me lo ha robado?

En mis labios las cenizas,
que ayer eran cigarros
y hoy se convierten en astillas
que profundan en mi pecho.

Entre el lecho de espinas y heridas,
grité claro al cielo,
¡Por qué no te vuelves a nublar,
o te vuelves claro de nuevo!

¿Quién osa transitar el camino
por los vestigios de mis latidos?
Mi corazón en ruinas pide
que no le peguen con celo(s)
sino con más amor del libre.

Y cabe una esperanza
entre la espera y la tardanza
de la era del “¿Cómo andas?”
al “Ando con los pies, gracias.”

Porque a nadie le interesa
que el tiempo lleve prisa,
o se esconda una lágrima
tras una leve sonrisa.

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