domingo, 29 de agosto de 2021

Nada

Ya no me creo nada. No creo en las miradas cómplices, ni en los amores a primera vista. No creo en las caricias mudas de pupilas absortas en retinas que me buscan. No creo en las sonrisas tontas, ni en mensajes de madrugada. Ni en llamadas interminables, ni siquiera en el maldito juego de a ver quién va ser quien cuelgue primero. No creo en la aceleración del corazón, ni tampoco en la tentación de unos labios que no me digan primero te amo. No creo en guiños de párpados cerrados, ni en maniquís que maquillan sus propias palabras. Ni bocas que mienten y después se callan. No creo en el amor. No creo en nada. Me he vuelto agnóstica de sentimientos vacíos, de camas desechas sin desayuno por la mañana, de portazos a media noche, de sudar con otro lo que no puedo sudar contigo. Estoy cansada de siempre lo mismo. 


Ya no creo en el destino, ni en los cuentos de hadas. Simplemente, no creo en nada.