domingo, 2 de octubre de 2016

El emigrante

La tristeza reflejada en sus pupilas,
llegó el día que nadie desea,
nueva tierra mar adentro
otro hogar, otra lengua le espera.
Lágrimas irremediables,
mil abrazos y un adiós,
no puede quedarse más,
le dicen "no te vayas por favor".
¿Qué puede hacer?
No es su decisión,
buscará dinero y trabajo
-¿es lo que necesita?-
su propio país le desahució.
La frialdad reflejada en su rostro,
en sus labios la decepción,
no tiene alternativa
debe irse aunque le mate el dolor.
Dejar lo que más ama,
para llegar a un nuevo destino,
será viajante de mundo
vagando por nuevos caminos.
Quizá ha de partir solo
sin un motivo cuerdo,
lo intangible de la soledad
es temerle sin existir miedo.
La sangre de sus venas tirita,
hierve de furia incontrolable,
no quiere dejar todo atrás,
ansía tanto quedarse.
Buscando un sueño que no aparece,
bajo un techo roto e irreal,
rezando por obtener respeto,
aceptando la realidad.
Pero así es la vida,
lágrimas y maletas con recuerdos.
Así parte con angustia el emigrante
que a su gente deja lejos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario