miércoles, 30 de noviembre de 2016

No te quiero



Te quiero para un café, cien besos, mil caricias y toda una vida. Porque nunca he sido egoísta, y nadie posé a nadie aunque en este mundo hipócrita se quiera todo aquello que desee uno. Yo no, no te quiero porque eso implica poseer y nada me haría tanto daño en el corazón que verte encerrada sin poder abrir tus alas. Amor significa libertad y yo te amo con todo lo que se puede amar. Con mis suspiros te amo, con mis hechos te amo, con mis palabras te amo. Te amo por encima de ninguna cosa y por ello quiero que seas feliz allá donde vayas, conmigo o sin mí. Donde desemboca una sonrisa en el mar de tu mirada, o en la pupila cristalina de un bosque en llamas. Allí, aquí o donde sea, adverbios de tiempo y de lugar que para mí solo son simples palabras porque somos tan ínfimos en el universo, que ni tú ni yo podríamos formar ni una molécula de polvo al estar juntos. Pero solo estando juntos nos sentimos vivos y volvemos a creernos gigantes porque en el alma habita un pequeño ser al que se le alimenta de todo aquello que no se ve. De aquellas sensaciones inexplicables que hacen palpitar más rápido tu corazón, o esas simples miradas furtivas que creas o no por dentro te hacen un poquito mejor persona. Eso es el amor, un ente alimentado de sentimientos, caricias de sensaciones inexactas, de resultados improbables en situaciones únicas e inequívocas. Qué seríamos sin sentir una bella melodía o la bella melodía de su voz cuando susurra palabras y tu cerebro no las procesa porque sigues atento a su hipnotizante ritmo. Qué seríamos sin sentir caricias que no siendo de otra piel si no caricias de otros labios sobre los nuestros propios. Dime, amigo que todo lo sabes, ¿qué seríamos sin la máquina que aunque siga palpitando con normalidad, hay momentos en los que frena, se ralentiza y necesitas suspirar? No seríamos nada, porque vivimos por y para sentir. Habrá momentos que no quieras sentir nada, o que desearías no sentir nada, pero el mero hecho de sentir es  un bien preciado. No quieras ser fría y aséptica. Deja que te lastimen y pidan perdón, porque así es el ser humano. Quiere todo lo que no tiene pero al final no ama nada de lo que ya tiene. Y yo estoy segura de que te quiero solamente para un café, cien besos, mil caricias y toda una vida, pero aún así te amaría hasta dejarme el último aliento, amándote sin quererte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario