Primera parte...
En el oscuro pensamiento de lo negro,
esos suspiros que a nadie le importaron,
aquel viento que azotó alguna vez mi cara
al fin me estremeció.
En mi mente que se escucha ruido de carretera,
esos labios que alguna vez callaron,
cigarrillos quemados en la nada
que mi cabeza queman.
En un verso que no tiene rima ni letras,
esas palabras que rebotaron en las cabezas vacías,
silencios idiotizados por el estruendo de ciudades modernas.
En las copias baratas de tus recuerdos,
esas fotos subidas para nadie que nada esconden,
calles mojadas o secas solitarias
que esperan que las transite alguien.
En los números que pierdes en la memoria,
esos relojes que marcan tiempo y esperan,
segundos malgastados y horas echas minutos
en la esquina de la calle del letargo.
En la música creada por la naturaleza,
sin instrumento ni ritmo simple sinfonía,
corcheas perdidas en lo lejano de un amplio desierto
esperando que las encuentre el pianista.
En la belleza de lo cuerdo o de lo prohibido,
esas propuestas que carecen de sentido y orientación,
pierden norte y sur en el camino
o simplemente buscan la locura sonriendo.
En el universo que habita una simple estrella,
el candelabro de un anciano solitario,
se asemeja el cielo nocturno y tranquilo
miles de luciérnagas que iluminan cual firmamento.
Continuará...
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