martes, 23 de agosto de 2016

Sinceridad silenciada

Me rindo una vez más a pesar de quedar mal ante el amor, cupido me la ha vuelto a jugar como de costumbre. Que torpeza la de mi corazón que se emboba del viento y pierde la razón del compás y del tiempo cuando suena la melodía, de mentiras de tu boca, inexplicable ironía.
Hace años susurrando amor eterno y hoy por hoy me lamento por que no me digan ni te quiero. ¿Quizá sea difícil ser sincero? Hasta yo a veces no entiendo ni lo que siento en tus labios, gritos desesperados y las mariposas ebrias que me atacan. Que absurdo enamorarse para no sentir nada, para ello faltan hechos y sobran palabras.
Lloros, llantos y lágrimas, ahora dime, amado mío, ¿de qué sirve amar si no se crea un destino?

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