cuando me maldigo
o me quedo quieta
esperando
el abrazo de algún amigo.
E intento que la vida
no me arrastre con
sus garras
a alguna parte donde
la tormenta no amaina.
Espero la corriente
nerviosa
de tus dendritas que
orbitan
en mi cabeza junto a
las mías,
se ven infinitas.
Y el agua que recorre
la pradera verde de
mi iris
mientras en el tuyo
el mar
parece feliz con su
propio arcoíris.
Transparentes labios
marcados por tu carmín
rojo pálido
que palidece la melodía del violín
que parecía olvidado.
Simples cuestiones
de una mente
perturbada
lágrimas prohibidas
y sin razón
desenfrenadas.
Me escabullo de la
realidad
con una copa de
alcohol
y perdiendo cordura
con el cuarto chupito de amor.
Líquidos inflamables
que queman gargantas,
recuerdos y las penas
huyen solas,
sin ayuda del viento,
que con su movimiento,
marea mi futuro y me
agobia.
Vivo en continua
lucha de pensamientos,
oxígeno y veneno
respiro
cuando nos observan
las estrellas,
como se admira su
bellezacuando no se es bella.
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